¿Por qué el nombre de Les Cabanes?
Integradas en el paisaje, firmes y sólidas, las cabañas de vuelta dan nombre a nuestro aceite
Si el olivo es el cultivo predominante de la zona y el factor que trajo la prosperidad y el aumento de población a los pueblos de Les Garrigues, la cabaña es la construcción rural más emblemática que tenemos aquí y que nos identifica.
Cuando el labrador no podía ir y venir de casa al campo cada día como se hace hoy, cuando tenía que pasarse días enteros lejos de casa en medio de las fincas de vid o de olivos, la cabaña de vuelta o bóveda de piedra seca era la solución.
Las cabañas de vuelta eran construcciones de piedra seca muy sencillas, de una sola planta y cubiertas por una vuelta o bóveda también de piedra. Estaban distribuidas de forma muy simple, con un sitio donde dormir para el labrador, una chimenea, una comedora para el animal de carga, un abrevadero (que comunicaba con el «aljibe» o cisterna natural excavada en la roca ara aprovechar cada gota de lluvia como un tesoro) y unos nichos en las paredes laterales a modo de armario.
Las cabañas de vuelta se construían en el punto más resguardado de la finca, aprovechando a menudo el reparo que ofrecía la propia excavación hecha para extraer la piedra, con un pino plantado al lado de la cabaña para dar sombra en verano… en definitiva, un ejemplo de construcción integrada al paisaje firme sólida y austera que ha perdurado hasta nuestros días.
Esta firmeza y solidez de las cabañas son las que mejor nos identifican, porque están hechas de tierra, clavadas a la tierra, como nuestros olivos, arraigados desde hace siglos a la tierra que tanto queremos. El arraigo con la tierra, las cosas bien hechas, la tradición, la sencillez, la durabilidad, el hecho de perdurar hasta hoy de forma intacta, como siempre, para siempre y la autenticidad de las cabañas es precisamente el valor que creemos que tiene nuestro aceite de oliva virgen extra arbequina, por eso no podía llamarse de otra forma que Les Cabanes.